
Publicado el 12 de junio de 2025
"Amor esto no es cerveza!”: Cómo conocí la hidromiel valdiviana que huele a bosque, a amor y a revolución artesanal
Estaba en plena feria gastronómica, trabajando (sí, trabajando, porque una es artista pero no irresponsable). Cámara al hombro, capturando la decadencia dorada de una empanada y el drama contenido en un cheesecake. De pronto, como un susurro etílico del más allá, alguien me ofrece una hidromiel.
Yo, con la dignidad de una fotógrafa gourmet, dije la frase que marcaría el destino: “estoy trabajando, puedo a la salida?.” Y menos mal que esperé, porque esa copa me cambió la vida. Y no lo digo livianamente: fue como besar a Loki en la frente, mientras el bosque valdiviano te acaricia con aroma a chaura.
Un brebaje que no nació en una cervecería hipster sino en una mente culinaria despierta
El autor de esta obra se llama Enrique Ostertag, un chef y alquimista sensorial que decidió dejar de hacer hidromiel solo para su restaurante y transformarla en experiencia embotellada. Y no por moda:
“Sentía que quienes elaboraban hidromiel estaban más preocupados de aumentar ganancias que de entregar calidad. Vi una desconexión con su historia”, me dijo.
Así que hizo lo que haría todo buen hereje con corazón ancestral: rescató las recetas de su linaje, las mezcló con frutos nativos del sur, y empezó a fermentar en barricas de maderas chilenas nativas. Sí, leíste bien: FOUDRES DE MADERA NATIVA, no inox. Esto no es hidromiel hecha con polvo mágico y YouTube. Esto es hidromiel que canta en gaélico mientras madura con música celta.
Söhne Loki: una marca con nombre de dios, sabor de bosque y un carácter que te saca de la rutina a patadas suaves
Söhne Loki no es para cualquiera. Tiene personalidad, como el primo raro que estudia filosofía y cocina con hongos silvestres.
“Tiene chispa, te invita a salir de tu zona de confort”, dice Enrique. Y claro, cuando una botella viene escrita con intenciones mágicas, vibración positiva y luna creciente, no esperes una caña común. Esperas una epifanía.
Y no es solo palabrería. Esta gente es la única en Sudamérica que fermenta en madera nativa. Usa frutos silvestres y mieles certificadas de abejas que trabajan más que todos nosotros juntos. Arrayán, chaura, maqui, manzanas limonas… esto es el sur servido en copa de vino tinto entre los 10° y 14°C, por si estabas pensando tomarlo helado como una chela cualquiera. Error fatal, hermana. Aquí se viene a oler, a saborear y a recordar a tu ex si olía a bosque.
No es canje. Es admiración
No soy influencer. No me vendo por likes ni por frascos bonitos. Si hoy estoy escribiendo esto es porque esa copa me pegó como una verdad incómoda: esto es una joya en una tierra que aún no sabe valorarse.
Chile, ese país donde a las pymes se les cobra como a multinacionales, donde la burocracia es un deporte nacional, y donde un bebestible de esta calidad aún se confunde con cerveza artesanal en un bar cualquiera.
Pero Enrique no se rinde. Fermenta con amor, con música celta y con la certeza de que el sur vibra. Y en cinco años, ya lo dijo:
“No seremos los más grandes, seremos los mejores.”
Historias que no caben en una etiqueta, pero que embriagan más que el alcohol
“Una vez, un hombre probó nuestra hidromiel, cerró los ojos, y dijo que le recordaba el día que conoció a su esposa. Me dijo que ella olía a bosque, a rocío. fue un instante en el que aquel tipo duro mostró en sus pupilas una satisfacción profunda, llamo a su pareja y riendo le dijo amor esto sabe a tí, prueba conmigo!” Eso me contó Enrique. Y si no se te pararon los pelitos del brazo, no tenís alma, compadre.
Söhne Loki: Bi saor, faigh tlachd às an draoidheachd
(Sé libre, disfruta la magia)
No sé ustedes, pero yo ya elegí a qué quiero brindar. Y no es a la fama ni a la sobriedad. Es al sur. A la paciencia. A los frutos que crecen callados. A las personas que siguen soñando con las manos en la tierra y los pies en el barro.
Söhne Loki es eso. Una botella con alma, sudor, alquimia y poesía. Y si aún no la has probado, no digas que nadie te avisó.
Comentarios
Aún no hay comentarios. ¡Sé la primera en escribir!